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La fuente de la ninfa: il Genius loci di Gratteri

Para empezar vuestra misteriosa gira en la maravillosa aldea madonita, la primera etapa podría ser visitar la Plaza Principal donde hoy se encuentra, puesta en una casa en frente a la Iglesia Madre, una concha de piedra que parece contener la entera historia del antiguo pueblo “de los cráteres”.

Según antiguas descripciones, de hecho, Gratteri toma su nombre desde alguno cráteres presentes en su territorio, formados por el perpetuo goteo de rocas calcáreas que forman fuentes de agua definida purgativa y restauradora: “oppidum a Cratere ob perennem stillantem aquam celebri dictum” (R.Pirri, Sicilia sacra…, Vol.II, p. 829, Palermo 1644).

Esta concha se debería de conectar sin duda a aquella de la Cueva Grattara, de la que probablemente el pueblo toma su nombre. Como dice la leyenda, allí vivía y aún vive una mujer milenaria, guardiana de esa mítica cueva: la Vieja, que según el Autor, se debería de conectar a una sacerdotisa primordial que repartía oráculos a través de la fuente de la Ninfa, una Náyade indígena guardiana de las aguas de la montaña.

Hoy el mito de la Vieja, transmitido durante siglos, se ha transformado en otra leyenda, la de la bruja fea que vive en esa Cueva, y baja al pueblo en la última noche del año para repartir sus regalos a los más pequeños.

Sin embargo, hay también otro cuento popular, citado en el pasado por dos históricos locales, Scelsi y Ganci Battaglia.

Ninfa era una chica del pueblo, que no quiso corresponder al amor de un hacendado local; y él, por venganza, esculpió su imagen desnuda en la piedra. Se dice que esa fuente en el pasado exhibía una estatua marmórea de una virgen completamente desnuda que hacía brotar el agua de sus mamas.

La joven mujer se reconoció completamente desnuda, y por la fuerte vergüenza y los chismes en el pueblo dejó de comer hasta dejarse morir. Posteriormente la estatua fue decapitada, y por siguiente removida (I. Scelsi, 1981; G.Ganci Battaglia, 1930).