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Una vez en Piazzetta Molinello, alzad vuestros ojos hacia la antigua torre del reloj, verán a uno de los lugares más sugestivos de las Madonie. Justo cerca de este barrio – entre Albanese y vicolo Manzoni – había la puerta de entrada más grande del bastión madonita, dedicada a Lorenzo Ventimiglia, que permitía el acceso al barrio sarraceno que llegaba hasta la torre dell’Orologio donde, desde Ruga (calle) di Santo Michieli, (hoy Salita Orologio), se llegaba hasta la vecchia Matrice dedicada al Arcángel Miguel.
Asomándose desde ese mirador podrá ver un desfiladero, llamado la Bocca dell’Inferno dónde, cuentos populares narraban de un acceso imaginativo al Inframundo defendido por el diablo Macigna. En la zona inferior, llamada Conigliera, hasta principios del siglo XIX, había otro barrio – la Terra Vecchia (certificado ya en los Riveli de 1500) – constituido por casas con techos apoyados sobre grandes muros que llegaban hasta el viejo molino.
Esas casas, a partir de 1811, fueron completamente desmanteladas junto con el antiguo castillo para construir la nuova Matrice. A su izquierda, en cambio, una calle – la Ruga die Nostra Donna (del Rosario) – llevaba a la iglesia de Santa Maria in castro, edificada durante el período normando, dentro de los muros del viejo castillo.
Esa iglesia fue demolida en 1818 y, hasta hace poco, eran visibles el suelo y los restos de la pared perimetral (Scelsi I., op. cit.). De esta iglesia proviene la estatua de mármol de la Virgen con el niño, de Gagini, que se encuentra en el altar mayor de la Matrice Vecchia tras el traslado de la Custodia reliquiaria de las Sacre Spine en 1873.
Por último, al lado de la iglesia del Rosario, hasta 1835, existía la iglesia de San Giuseppe, de donde viene el hermoso simulacro de madera dorada que hoy está situado en el altar lateral de la Matrice Vecchia, en lugar de la Custodia Eucaristica de 1494, hoy en Chiesa Madre.
