Los autores de esas obras son desconocidos, aunque unos críticos las han atribuidas al Cojo de Ganci, seudónimo con que, en la Sicilia de la Contrarreforma, han operado dos famosos pintores manieristas: Giuseppe Salerno (1570-1633) y Gaspare Vazzano (1562-1630).
A Vazzano se atribuye también el fresco de Cenáculo pintado en el techo de la capilla del Santo Sacramento, que presenta la escena de Cristo que bendice en frente de un plato al centro de la mesa con un cordero y un cáliz, alegorías de la pasión de Jesús.
A los pies de la escena hay un perro hambriento, detrás una concha de piedra utilizada como elemento decorativo, que simboliza también el renacimiento. En la iglesia se conserva un antiguo mueble de madera noble, puesto en sagrestia, y un precioso órgano, erigido por devoción por Giovanni Culotta en el 1722 y recién restaurado.
El instrumento, formado por poco más de 300 tubos y fechado 1906, es obra de Michele Polizzi, titular de un considerable taller de órganos en Módica. La fachada exterior fue recién restaurada, y presenta tres puertas de ingreso conectadas a una particular costumbre llamada el “obitu maggiuri”.
Hasta hace poco, de hecho, la iglesia se utilizaba sólo para acoger a los cuerpos de los difuntos para la celebración de los rito funerarios. Cada clase social recibía un trato diferente, “Obitu”.
Podía ser de tres tipos: el Mayor, reservado a los gentilhombres y eclesiásticos, que preveía la escolta del cuerpo con grandes honores desde la puerta principal, pasando por la plaza, hasta el cementerio; el Mezz’obito de 40 tarì sin escolta, reservado a las clases menos nobiles, con salida por el ingreso lateral de calle Ruggeri; y el Obito, reservado a las clases más pobres, que tenían derecho sólo a pocas campanadas y a la salida del cuerpo desde el ingreso de Subida Parroquia en soledad, hasta el cementerio.