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Uno de los símbolos de la antigua aldea madonita es sin duda la Torre del Reloj. En una comunidad con tradición agropecuaria el reloj, con sus cien repiques, se hacía el fulcro que medía el ritmo de las jornadas del pobre campesino a las 8, a las 12 (Mediodía), a las 20, a las 22 (dos horas), a medianoche y a las 3 de la mañana (Ciccaninu).
Así, de hecho, fue llamada la hora en que hace un tiempo dos hermanos, Ciccu y Ninu, solían levantarse para ir a trabajar en los campos, luego mantenidos en la memoria de la gente de Gratteri. En lo que respecta a la construcción de la antigua torre de guardia, el mismo Scelsi ipotiza el siglo IX, porque es contemporánea a la fundación del castillo.
Ganci Battaglia cuenta que el tiempo, originalmente, era medido por un esclavo, que sonaba soplando en el cuerno a mediodía. La torre estaba cerca del barrio de los Sarracenos. Por eso no es difícil imaginar a un muezzin con voz alta y poderosa que llamaba a los devotos cinco veces por día, girándose hacia los cuatro punto cardinales. Sea como sea, la torre ya existía en el 1584 con función de reloj, como se deduce de los documentos del siglo XVI del Archivo de Estado de Palermo:
Antonino di Brucato jefe de casa de años 35, Lucretia mujer suya, Betta hija suya, Salvature hijo suyo, revela una casa existente en esta tierra en la calle del rogio confinante con la casa de Petro lo Cascio y de Mattheo Cirincioni (Archivo de Estado de Palermo, Documentos del Tribunal Real Patrimonio, V. 1166, año 1584).
Joanni Maria di Alongi jefe de casa de años 32, Joannella mujer suya revela una casa en dos cuerpos murada en la arruga del Reloj confinante con Marco Tamburello y con el reloj por el precio de 20 unci (Archivo de Estado de Palermo, Documentos del Tribunal Real Patrimonio, V.1169, f. 721, año 1607).