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En Gratteri los callejones también cuentan una historia, sin necesitar de un juglar, y hablan un idioma milenario, a veces el árabe y a veces el normando. Pasad, por ejemplo, en Vicolo San Giacomo, y en ese estrecho callejón encontraréis una auténtica visión medieval.
Es una antigua arquitectura de piedra que los habitantes más viejos de la aldea aún llaman con un término de origen árabe, «u Cabbubbu». La antigua palabra sería una forma aferética del siciliano «macabubbu«, entendido como ‘zanja con agua que hierve y se mezcla’, que deriva del árabe maqlub, ‘dar la vuelta’ (Caracausi II, p. 895).
De hecho dicha estructura, parecida a un paso subterráneo, bajo una casa semiderruida, en el pasado servía precisamente para canalizar y recoger las aguas pluviales que fluían desde la parte alta del pueblo y formaban un remolino hasta llegar al río.
Entonces, desde Corso Umberto podéis intentar perderos en esos callejones, entre esas casas abandonadas que perfuman de antiguo, y os encontraréis en un paisaje de otros tiempos.